Su nombre, radiografía intraoral, se debe, naturalmente, a que las películas se colocan dentro de la cavidad bucal. Según el tamaño y la colocación de las películas, se pueden clasificar en:
- procedimientos periapicales o retroalveolares.
- Interproximales o de aleta mordida.
- Oclusales.
Un requisito imprescindible previo para la realización de la radiografía intraoral es retirar prótesis metálicas removibles, dispositivos ortodóncicos o cualquier objeto metálico que se encuentre en el área a estudiar. Además, es necesaria la inmovilización perfecta de la cabeza del paciente en la posición idónea.